Abstract:
En la praxis litúrgica de la Iglesia, el uso del agua bendita ocupa un lugar importante en su condición sacramental, sirviendo como recordatorio del bautismo. El agua ha sido siempre de mucha utilidad para el hombre, no solo como medio de purificación, sino como símbolo múltiple. La Iglesia instituyó los sacramentales como medios aptos para obtener gracias, sobre todo espirituales, por su intercesión, uno de ellos es el agua bendita que tiene un simbolismo particular, tal como lo expresa la liturgia, expresión de la fe en la Iglesia.