Abstract:
Con ocasión de los ataques a la fe cristiana lanzados por los paganos a raíz de la caída de la ciudad de Roma (410), San Agustín escribió La Ciudad de Dios. En ella, presenta la persona de Jesús como reconciliador, ofreciendo, junto con la apologética propia del momento, una propuesta que puede ayudar en la tarea evangelizadora de hoy.