Abstract:
La crisis de la unidad ente fe y arte, en la que se encuentra la Iglesia Católica desde hace algunos siglos, ha desvirtuado el sentido de sus celebraciones litúrgicas y acostumbrado al pueblo de Dios a vivirlas independientemente del arte. A éste se lo ha relegado a lo puramente decorativo de la celebración, lo que lo ha convertido en un elemento prescindible.