Abstract:
El culto que la Iglesia y sus hijos dan a la Santísima Eucaristía fuera de la celebración
de la Misa es de un valor único e inestimable. Confiesan y testimonian que este ‘don
supremo’ del amor de Dios es el ‘compendio y la suma’ de todo su existir terrenal. No
escatiman esfuerzos y medios, tiempo y recursos para tributarle a este ‘dignísimo
Sacramento’ el culto de adoración, que ha de convertirse en unión con el Cristo vivo y
con todo su Cuerpo Místico.