Abstract:
Hoy en que vivimos tiempos de incertidumbres, donde todo es cambiante y relativo, donde el hombre ha perdido su norte, y busca su realización, es decir, la felicidad donde no se encuentra, y lo peor de todo es que ya ha perdido incluso el cómo poder llegar a ella. Lo único que le queda es remitirse a ese deseo de felicidad, a ese deseo insaciable que no encuentra su realización en lo mediático, en lo tangible. El deseo de felicidad que mueve a todo hombre y que movió siempre el corazón de San Agustín, que se ve claramente reflejado en sus escritos como son Las Confesiones, La Vida Feliz, La Ciudad de Dios. El Santo de Hipona, después de pasar por diferentes estadios de su vida, entendió y vivió este deseo de felicidad.